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La linfedema es una hinchazón que aparece en uno de los brazos o de las piernas. A veces, se hinchan ambos brazos o ambas piernas.
La linfedema es provocada con más frecuencia por la extirpación o el daño de los ganglios linfáticos como parte del tratamiento oncológico. Esto se debe a la obstrucción del sistema linfático, que forma parte del sistema inmunitario. La obstrucción impide que la linfa drene bien y, en consecuencia, el líquido acumulado causa hinchazón.
En la actualidad no existe una cura para la linfedema, puede controlarse con un diagnóstico temprano y una atención esmerada del miembro afectado.
Los signos y síntomas de la linfedema son, hinchazón de todo o parte del brazo o la pierna, sensación de pesadez o rigidez, amplitud de movimiento limitada, dolor o molestia, infecciones recurrentes. La hinchazón producida por la linfedema puede comprender desde cambios leves y apenas notorios en el tamaño de las piernas o de los brazos hasta cambios extremos que dificultan el uso de las extremidades. Es posible que la linfedema producida por el tratamiento oncológico no aparezca sino hasta meses o años después de este.
El sistema linfático es fundamental para mantener el cuerpo sano. Hace circular linfa rica en proteínas por todo el organismo, y recoge las bacterias, virus y desechos. El sistema linfático transporta este líquido y las sustancias dañinas a través de los vasos linfáticos, que se dirigen a los ganglios linfáticos. Los residuos después son filtrados por los linfocitos y, por último, los eliminan del cuerpo.
La linfedema ocurre cuando los vasos linfáticos no son capaces de drenar de manera adecuada el líquido linfático, generalmente de un brazo o de una pierna. La linfedema puede ser primario o secundario. Esto quiere decir que puede ocurrir por sí solo o puede ser la consecuencia de otra enfermedad o afección. La linfedema secundaria es mucho más frecuente que el linfedema primario.